Nuevo buque insignia de la flota de Joker Boat desde su presentación en el último Salón de Génova, el 33 Mainstream puede ser el orgullo del fabricante italiano ...
Nuevo buque insignia de la flota Joker Boat desde su presentación en el último salón de Génova, el 33 Mainstream puede enorgullecer al fabricante italiano: con 10 m de eslora y 3,63 m de manga, esta lujosa unidad impresiona. Al tomar el mando de este modelo, puedes estar seguro de una cosa: ¡llegar incógnito a un puerto o fondeadero es una misión imposible! Aunque se aleja del concepto tradicional de neumática ligera y transportable, el 33 Mainstream sigue siendo una auténtica semirrígida, con las ventajas de estabilidad, seguridad y capacidad de pasajeros propias de este tipo de barco. Joker Boat lo ofrece en dos versiones: fuera borda o diesel in-board, en este caso la que probamos hoy. Ventajas de esta: solárium trasero mucho más grande, amplia plataforma de baño trasera de teca, sobriedad de los motores diesel. Ventajas de la versión fuera borda: mejores prestaciones, cofre trasero. Para entrar en ambiente, comencemos con un pequeño recorrido antes de arrancar los Hyundai V6 de 250 hp que reposan bajo la cubierta trasera. Además de la impresionante superficie del cockpit, nos gusta el diseño contemporáneo y sobrio de este modelo, y su clase sin ostentación. El flotador es, por supuesto, de neopreno-hypalon de 1.670 decitex (Orca de Pennel-Flipo), color marfil, realzado por un doble listón de protección en toda la periferia. En el cockpit, las tapicerías blancas y ocre y los elementos de teka maciza sobre el gelcoat blanco combinan perfectamente con los tonos del flotador. Sin fallo de gusto en este conjunto de acabado impecable. También cabe elogiar el equipamiento estándar, completo y de alta calidad, con dos duchas (interior-exterior), WC eléctrico, tapicerías y tumbonas completas, molinete eléctrico con ancla de acero inoxidable, cocina equipada (nevera, fuegos de gas, fregadero), etc. No se olvidan detalles importantes, como los puntos de izado con correas incluidas. La capota solar es prácticamente la única opción a añadir. La cubierta refleja su orientación mediterránea, tendencia a la relajación, con dos amplias tumbonas, en proa y popa, donde una pasarela lateral permite un acceso cómodo a la magnífica plataforma de baño de teka. En el centro del cockpit, la voluminosa consola de pilotaje alberga un amplio baño (ducha-lavabo-WC y 1,87 m de altura), bien ventilado por dos portillos. No hay camarote en este 10 m que, tal cual, es más bien un day-boat de lujo que un crucero de largo recorrido. Sin embargo, la navegación está en mente, gracias a la cocina integrada en popa del leaning-post, con mesa de picnic plegable. Añadiendo una capota de camping integral (o dos independientes, en proa y popa), las tumbonas se transforman en dos camas/camarotes cómodos. Así equipado, el 33 Mainstream puede embarcar en crucero a cuatro adultos o dos adultos y tres niños. En paseos de día, acoge sin problema una tripulación más numerosa. Lo óptimo es de seis a ocho pasajeros, considerando un diseño que favorece más el confort exclusivo en pequeño comité que el transporte en grupo, aunque la capacidad máxima autorizada es de 20 personas. Sin duda, es una unidad magnífica, de la que esperamos lógicamente cualidades marinas a la altura. En este punto, es con optimismo que me instalo al mando: el 33 Mainstream hereda la excelente carena del Clubman 33, con el que registré 55 nudos estabilizados en mar picado, durante una prueba memorable con dos V8 Yamaha de 350 hp (Pneu Mag n°69). Inicio esta prueba con curiosidad, sabiendo que los diésel de 250 hp, sea cual sea su valor, no pueden rendir tanto. Admitámoslo de inmediato, será más bien una grata sorpresa, pero empecemos por el principio, es decir, la estación de pilotaje, bien protegida tras la alta consola rematada por un amplio parabrisas. El leaning-post ofrece un apoyo cómodo, el volante y los mandos están a la altura adecuada y "caen" bien en las manos, la dirección hidráulica asistida es precisa (3 vueltas y media de tope a tope). Única pega, bajo ciertas luces la consola blanca se refleja en el interior del parabrisas, tintado y muy inclinado (se agradecería un tratamiento anti-reflejo en la parte superior de la consola). En popa, los nuevos motores diésel Hyundai Marine de 6 cilindros (idénticos a los que equipan en automoción el SUV más grande de la marca coreana) demuestran una discreción excepcional, y esto a todos los regímenes (apenas 62 dB a régimen alto, donde todos los fuera borda marcan 85 a 90 dB). No hay gran emoción en el planeo (sería sorprendente lo contrario con diésel), pero el cronómetro de planeo (4,8 segundos) no es lento, aunque queda lejos de los 3,2 segundos con los Yamaha de 350 hp. Y los 5,8 segundos para alcanzar 20 nudos son más que respetables. Al apretar el acelerador, recupero las magníficas sensaciones de pilotaje del ex-Clubman 33, los diésel Hyundai resultan francamente más enérgicos de lo esperado. Dos sensaciones dominan a todos los regímenes: equilibrio de la carena y seguridad absoluta. Apreciamos aún más la notable precisión de la dirección asistida que ofrece un pilotaje muy vivo, sorprendente incluso para las 3,5 T de este modelo. En línea recta rápida, la carena se mantiene firme como sobre raíles sea cual sea la velocidad, con un confort absoluto. En curva rápida, ofrece una ligera sensación de sobreviraje sin miedo a deslizamientos. Y si cerramos bien el radio, gira fácilmente en 20 m a 25-28 nudos. En resumen, el comportamiento de este barco proporciona un pilotaje especialmente agradable y vivo, al que se suma la principal ventaja de esta motorización, su excepcional rendimiento en velocidad de crucero. A 25-30 nudos, el rendimiento mejora entre un 10% y un 70% respecto a modelos de la misma categoría con motor a gasolina (véase más adelante la prueba del motor Hyundai). Por tanto, la autonomía en distancia se incrementa en proporciones similares, ¡CQFD! Y para terminar, tampoco hay que quejarse de las prestaciones, con más de 43 nudos a régimen máximo.